Está bien claro que una ciudad tiene que avanzar, pero también ha de cuidar los espacios urbanos recientes con el mantenimiento. No me cabe en la cabeza que presenten el nuevo Coso a bombo y platillo cuando la plaza de la Primicia está que da pena, cuando día sí y otro también hay una baldosa rota en el Mercado o hay unos charcos de campeonato en el entorno de la Catedral. La calle Monzón se ha deshumanizado y hay bastantes calles todavía sin urbanizar. Hay jardines que parecen un escaparate de floristería y otros un secarral.
En definitiva, Barbastro es una ciudad de contrastes: el casco antiguo parece lo nuevo y lo nuevo parece... no sé lo que parece la zona nueva. El granito del centro contrasta con las discutibles y biodegradables baldosas rosas y grises de la zona nueva.
Lo que me lleva a esta reflexión es que deberíamos hacer siempre una reflexión antes de crear nuevos espacios, garantizando su mantenimiento y uso ciudadano.
El Coso lo será, confío en ello. Es más, me gusta. Me gustará menos los días de lluvia, seguro, y porque estos espacios se parecen tanto entre sí con otras ciudades... Y lo que es cierto es que será una nueva imagen que contrasta con la vieja estampa que nos trae la memoria, con otras viejas estampas que merecen nuestro cuidado.
Fotografía: proyecto de Juan Luis Solano
Fotografía antigua: dipty.com
Nota del bloguero: ¿Os habéis fijado que en el fotomontaje el Coso conservará la antigua barandilla? Lo dicho, tierra de contrastes...
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